En este momento estás viendo Que viene el lobo…

Que viene el lobo…

El lobo ibérico vuelve, ha pasado con mucho la frontera del Duero y poco a poco, coloniza los campos de Salamanca, Segovia y Ávila, cruzando el sistema Central e ibérico, siendo frecuente en Aragón, la Rioja, Madrid y Cáceres. El abandono de los campos, la expansión de sus presas naturales va preparando que detrás venga su gran predador natural.
A quien no le gusta ver este magnifico animal, su pose, su mirada, su sombra cuando la presentimos, sus huellas, adivinar sus devaneos nocturnos, esa emoción y porque no, ese miedo ancestral cuando le oímos aullar.
Pero sus fechorías son muy dolorosas en el mundo rural, el sentimiento de desesperación del ganadero después de sufrir una lobada, la impotencia al ver sus animales degollados, malheridos, o malpariendo, no se consuela con unas indemnizaciones en muchos casos injustas, después de demostrar ante el incrédulo funcionario, quien ha sido el culpable de semejante desaguisado.
A mediados de siglo XIX el lobo habitaba en toda la península Ibérica, iniciando entonces una regresión de Este a Oeste y de Sur a Norte, propiciada por el aumento de la población humana, y sobre todo por la estricnina, método absolutamente devastador y hoy afortunadamente prohibido. 
Que pasa en las dehesas, donde pastan en extensivo grandes rebaños. Donde ya no hay nadie de noche, donde se le había olvidado y el único vigilante es algún carea, que a lo sumo aspira a ser aperitivo en la dieta de nuestro amigo.
El pasado 21 de septiembre se prohibió su caza en toda España, la radicalidad de los ecologistas lo ha conseguido, a mi juicio un gran error, pues como todas las especies necesita un control, no hecho desde la administración mediante pago a francotiradores, pero tampoco desde la ilegalidad del trampeo y el veneno.
En fin, ahí está para disfrute de unos y penurias de otros. ¿Cuándo llegará a nuestra querida Serena?

Artículo escrito por: Luis Fernandez Ayensa